Etiquetar y diagnosticar

Hoy quería hablar sobre las etiquetas de ciertos trastornos. Evidentemente, no se suele tener la intencionalidad de usar erróneamente estos rótulos, sino que más bien se realiza de modo inconsciente y sin ser plenamente conocedores de lo que entrañan este tipo de trastornos.

Así, tener altibajos emocionales no nos hace padecer un trastorno bipolar (TB), es un trastorno mucho más complejo; ni tampoco tener un alto nivel de actividad motriz es sintomático inequívocamente de padecer un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), comúnmente llamado “ser hiperactivo”.

En esta ocasión he querido trivializar en clave de humor con imágenes de estos dos ejemplos que son claramente usados en demasía por la sociedad, pero también podríamos haber hablado del autismo (de lo que se tilda incorrectamente a personas con una aparente menor capacidad para las relaciones sociales), de la depresión (“hoy estoy deprimido”, por haber tenido un mal día), etc.

¿Y qué vengo a decir con esto? Que el uso de las etiquetas diagnósticas no tiene sentido usarlas en el día a día, pues su uso puede estar justificado a la hora de hacer investigaciones y seguimiento de casos con un abordaje multidisciplinar, como parte de la jerga científica; y a veces tengo serias dudas de si en esos casos que he expuesto es necesario, pues no dejan de ser un constructo vacío y/o un cajón desastre.

En fin, que en el día a día es más certero hablar de que un niño “movido”, “inquieto”, “curioso” o “explorador” que hacerlo en términos de “hiperactivo”.

Me manifiesto partidario de reducir el uso que hacemos de las etiquetas diagnósticas a diario y estoy convencido de que aquellas personas que hacen uso de ellas, cuando toman consciencia de qué es realmente un TDAH o un TB dejan de emplearlas con tanta asiduidad, pues las etiquetas diagnósticas fuera del contexto clínico suelen entrañar una condena y un juicio social que poco tiene que ver a la hora de abordar de manera constructiva una problemática.

Facebook
Pinterest
Twitter
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Últimas reflexiones