¿Sabías que en inglés la palabra que distingue “fármaco” y “droga” no existe?
Las dos son “drug”, donde queda claro que los fármacos también pueden ser considerados drogas si no se hace uso de las prescripciones y se acude a un facultativo para su consumo.
Si tomamos medicación ansiolítica, antidepresiva o relajante muscular, debe ir prescrita por el médico especialista, pues muchos fármacos tienen un consumo que tiene que ser pautado por un especialista a la hora de empezar a consumirlo y a la hora de dejar de tomarlo por la dependencia que generan en el cuerpo.
No sirve el “como hoy estoy más nervios@, pues… ¡me tomo dos!”, pues estamos cayendo en la automedicación y ese camino es algo peligroso desde el punto de vista del abuso y dependencia farmacológicos.
El problema es que este tipo de medicación está tan socialmente aceptada que muchas personas no ven la peligrosidad que puede tener para el organismo y la mente el hecho de tomarla sin un control ni límite de un especialista en psiquiatría.
Un caso similar ocurre con la adicción a los juegos o ludopatía, donde vemos como normal y agradable el hecho de jugar a la lotería en navidad con la familia y en el trabajo o de comprar un cupón de la ONCE cada vez que pisamos una caca de perro; y es cierto que no hay nada de malo en ello, pero debe consumirse de manera responsable y madura, pues esto puede desencadenar fácilmente una adicción si se da el caldo de cultivo adecuado.
Pero la triste realidad es que existen personas verdaderamente dependientes a los juegos de azar, gastándose el dinero que apenas tienen porque no pueden dejar de soñar con que les toque el millón que ofrece como premio la máquina tragaperras de turno. Evidentemente, el premio nunca llega, o bien llega un premio de 500 euros cuando hemos gastado ya 2.000.
En resumen, el hecho de que un fármaco/droga o un videojuego/juego de azar sea legal no significa que tengamos que bajar la guardia y permitirnos abusar de él por estar socialmente aceptada, pues podemos caer en adicciones tan serias como la adicción a la marihuana o a la heroína.